SOJA Y HABAS
La soja contiene:
30 % de albúminas (naturales, que no producen ácido úrico como las albúminas animales), 17 % de grasa, 28 % de hidrato carbónico, mucho de la vitamina B, 1,5 hasta 2,2 de la lecitina.
Para los nervios gastados es la soja un alimento recomendable, especialmente por su gran contenido de lecitina, una mezcla de glicerina, ácidos grasos y ácidos fosfóricos.
Puede ser un sustituto de carne, huevo, leche, queso, etc.
Con la harina de soja se prepara polenta, queso, salsa, preparados para condimentar, sopa, harina para pan, queso cuajado, yogurt y leche de soja.
En la crianza de animales se emplea esta leche, en lugar de la leche de vaca, para criar los terneros. Con ésta, la tuberculosis en el ganado fue disminuida un 90 %.
Para extraer la leche de soja es necesario machacar los porotos y remojarlos en agua durante 24 horas, luego se filtra toda la masa. Este líquido que se obtiene es la leche de soja.
La leche de soja preparada de este modo es un alimento muy saludable y fortificante.
Las habas cultivadas en varios países tienen propiedades parecidas a las de la soja.
También el aceite de soja es sano.
La soja es excelente para los enfermos de diabetes. Los que buscan un sustituto para la albúmina animal, lo encuentran de una manera saludable en la albúmina de la soja. Además tienen mayor ventaja por su contenido en vitaminas, lipóideo y fermentos, que influyen y provocan la actividad de las glándulas de manera favorable.
Las habas son muy nutritivas y curativas por su efecto resolutivo, aplicándolas en forma de cataplasmas sobre tumores, hernias, etc. Para este fin tienen que ser molidas, es decir, reducidas a harina.
Ante cualquier duda consulte a su médico.
Extracto del libro "Salud y Curación por Yerbas", del naturista alemán Carlos Kozel, editado en enero de 1946 y publicado por Editorial de la Misión.
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