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13 mayo 2009

Ajo: "Salud y curación por yerbas"

AJO



Desde la antigüedad se ha reconocido que el ajo posee un efecto especialmente fortificante y curativo para el intestino.
El ajo probó ser útil para catarros intestinales crónicos, obteniendo una rápida desaparición de los desagradables síntomas, un ligero retorno del apetito y un ventajoso efecto sobre todo el organismo sin otro efecto desfavorable. También casos graves y menos graves de disentería son tratados con ajo, con un éxito tan favorable, que hasta los síntomas de enfermedades como en el cólera desaparecieron en el término de tres a cinco días".
Como el limón y la cebolla, el ajo es no solamente un gran medio curativo, sino también un excelente medio de prevención contra contagios y enfermedades de toda clase.

El ajo, y respectivamente el jugo de ajo, alivia y cura muchas enfermedades como bronquitis, diarreas, calcinación de arterias, gusanos intestinales, hemorroides, várices, enfermedades de los riñones y vejiga, dolores de cabeza, jaqueca, obesidad, hidropesía, granos, herpes, afecciones de la piel, melancolía, hipocondría, histeria, reumatismo, gota, palpitaciones del corazón, sensación de miedo, ayuda a hombres y mujeres en el período climatérico, inflamación de las mucosas, estreñimiento, tifus, malestares por estagnación en el hígado y bazo, trastornos del metabolismo, recargo de sustancias extrañas, trastornos en el estómago, piedras nefríticas, enfermedades de la vista, falta de apetito, tos, voz ronca, ronquera en general, catarros, nerviosidad, abscesos pulmonares, asma, etc.
El que quiere protegerse contra la calcinación de arterias y el rápido envejecimiento tiene que comer regularmente ajo en cualquier forma. El ajo elimina los residuos del cuerpo, haciendo fácil el trabajo del organismo y dando movimiento y limpieza a todo el aparato digestivo, siendo un gran enemigo del ácido úrico.
El jugo del ajo contiene la vitamina "C" en abundante cantidad, además de azufre, fósforo, silicio y yodo.

Cura con ajo
Usar el jugo de ajo crudo, machacando los dientes de ajo, triturándolos o moliéndolos.
El mejor procedimiento para conseguir el jugo es el siguiente: se machucan bien en un mortero 10 hasta 20 dientes de ajo. Se mezcla la masa de ajos machucados con el jugo de dos o tres limones. Se deja este remedio bien tapado durante la noche. Después se revuelve todo bien y se toma cada hora una cucharadita. Téngase cuidado de poner enseguida a un lado la cucharita después de haber tomado el remedio, para que no quede por descuido dentro de la taza o vaso que contiene el remedio, pues podría producirse fácilmente un envenenamiento causado por el metal o alpaca. Esta regla de precaución vale para cualquier remedio que se tome.
Cómase durante una cura de ajos ensaladas y comidas de yerbas silvestres (ortigas, diente de león o amargón, lengua de vaca, borraja, verdolaga, espinaca, etc.), y tómese cada mañana y noche una pequeña taza de su jugo. Cómase también puré de papas junto con estas ensaladas y comidas de yerbas. El puré de papas debe hacerse de papas cocidas en la cáscara.
Tampoco es difícil de acostumbrarse a comer los dientes de ajo masticándolos bien.
Muy recomendable también es tomar el jugo de ajo con leche. La leche combina muy bien con las cebollas y los ajos.
Contra tos, ronquera, tos convulsa, catarros, etc., es apropiado un preparado que se compone de estos tres. Cocinándolo y agregándole bastante miel es un excelente remedio.
El que se interesa sobre el mejor modo de tomar el ajo crudo con la leche para calmar algo el fuerte olor del ajo, tiene que tener en cuenta lo siguiente: se corta en finas rebanadas la cantidad que se necesite y se pone en una taza, vertiendo encima leche y se deja reposar todo durante la noche. La leche extrae el jugo del ajo. A la mañana siguiente, tómese en ayunas, por lo menos una hora antes del desayuno, este caldo de ajo, y también las rebanadas. La misma preparación se hace a la mañana para tomarlo a la noche un poco antes de acostarse.
Con jugo de limón puedo prepararse lo mismo. Tomado con jugo de limón o con leche no se siente casi nada la fuerte picazón del ajo, y es más agradable para tomar.

Ante cualquier duda consulte a su médico.

Extracto del libro "Salud y Curación por Yerbas", del naturista alemán Carlos Kozel, editado en enero de 1946 y publicado por Editorial de la Misión.

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