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08 julio 2011

Internet y la veda electoral

El próximo domingo 10 de julio de 2011 se celebran en la República Argentina la elección a Jefe de Gobierno (intendente, alcalde) de la ciudad de Buenos Aires, capital federal. Según el Código Electoral Nacional, la veda electoral “es la prohibición de realizar actos públicos de proselitismo, publicación y difusión de encuestas o sondeos preelectorales, en un período de cuarenta y ocho (48) horas previas a la iniciación de los comicios y hasta el momento de cierre”. Con este fin el Código Electoral especifica como medios de comunicación (en los que queda terminantemente prohibida la publicidad partidaria) a los ‘televisivos, radiales y gráficos’.
Internet no queda especificado como medio de comunicación, lo que redunda en un vacío electoral. La pregunta sería: ¿es Internet un medio de comunicación?
Hagamos un poco de historia. La raíz de lo que hoy llamamos Internet está en el Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Allí nació Arpanet, la red de la agencia mediante la cual se comunicaban sus computadoras, y a la que fueron agregándose con los años otras instituciones del gobierno. A inicios de la década del ’90 el uso de Internet comenzó a ser masivo hasta llegar a lo que es hoy: dejó de ser gubernamental y pasó a comercializarse. Todos le pagamos a alguien por “tener” Internet, por estar conectados a la red.
Por lo tanto y para definirla, Internet es una red que intercomunica ordenadores (computadoras) y equipos en todo el Mundo.
Esta red desafía la concepción que tenemos en la actualidad sobre los medios de comunicación. En si misma es como la red de telefonía: un medio de comunicación privado. Y sin embargo, por alguna razón, su definición se queda corta.
Internet es revolucionaria y por eso es abrumadora. Es dinámica y participativa. Escapa de los conceptos mediáticos que aplicamos a la radio, la gráfica y la televisión, y convierte a cualquier persona que sepa utilizarla en un cronista de la realidad. Todos somos formadores masivos de opinión. Un mensaje en twitter es leído por miles de desconocidos, nuestros amigos y familiares saben lo que opinamos y lo que nos gusta a través de facebook, y los que tenemos un blog o un sitio web podemos difundir nuestras ideas sin depender de una editorial o un periódico que nos publique.

Desde hace unos años los medios de comunicación tradicionales debaten en época de elecciones si en Internet también debe aplicarse el Código Electoral. Si se incluye con el resto de los medios, el vacío legal no sólo no se cubre, sino que se agrandaría.
Es fácil regular la televisión. En promedio hay una decena de canales nacionales en cada país. Si un canal de televisión viola la veda electoral, no hace falta más que un aviso para que deje de hacerlo. En cambio hay millones (y contando) de sitios webs. Internet es inabarcable. Aún así, es posible legislar sobre algunos de sus recovecos.
Las versiones digitales de los medios gráficos pueden considerarse igual que ellos. También los medios de comunicación que están en Internet, con material audiovisual. De incluir publicidad partidaria, estarían incumpliendo con el espíritu de la norma. Lo mismo harían las webs de los partidos políticos. Desde otra perspectiva, se decía en un blog hace un par de años que si se consideraba a Internet como un medio gráfico “...TODOS los partidos políticos estarían violando la ley al seguir dejando información publicitaria y promocional en sus webs, como así también banners o publicidad en sitios de terceros en época de veda electoral”. Aunque no la entendamos como tal, el razonamiento es más que acertado teniendo en cuenta que son los partidos políticos los principales responsables -junto con el periodismo- de respetar la veda.

En el caso del uso por parte de ciudadanos e individuos, la cuestión se complica. Antes de Internet, una persona que quisiera difundir sus opiniones escribía una carta de lectores a un diario de gran tirada, y mucho antes que eso, eran los propios líderes de los partidos los que se paraban en las esquinas sobre un cajón de madera a gritar, literalmente, sus ideas. Hoy hay quienes aún dependen del grupo de chismosos del almacén de la esquina para ser atendidos -puede que sea mejor así-, pero otros sabemos que existe una forma más efectiva y masiva de hacernos escuchar. Los que disfrutamos de la posibilidad de comunicar ideas a través de Internet tenemos una responsabilidad que antes estaba reservada a escritores, periodistas y figuras de renombre. Tenemos la responsabilidad de entender que nuestras palabras serán escuchadas por muchos y que, por lo menos en uno, dejarán huella. Si hoy y hasta el domingo publicamos una crítica a algún candidato en facebook*, una encuesta en twitter, o un banner en nuestra web, estamos formando opinión y haciendo lo que el Código Electoral intenta impedir: manipulaciones de último momento sobre la decisión de una persona.
Al no haber una prohibición legal para hacerlo en Internet, por el momento tenemos vía libre. Queda a nuestro criterio limitar nuestros dichos. Por lo menos nos merecemos pensarlo un momento.

*: El “tema facebook” merece reflexión por sí solo. Si una persona tiene su perfil privado (sólo pueden leerla sus amigos) sus publicaciones en la red serán de carácter privado. Si en cambio tiene su perfil en forma pública (cualquiera puede leerlo) sus publicaciones son de carácter público. Lo mismo pasa en twitter, entre perfiles públicos y reservados.

Escrito por Vanesa Abdala.

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