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29 abril 2010

"Salud y curación por yerbas": Tomate

TOMATES


El tomate contiene todas las vitaminas principales en abundancia. No sólo tiene buen gusto, sino que representa un verdadero bálsamo para todo el cuerpo. Esta ventaja se nota especialmente en los tiempos calurosos del verano.
El abundante contenido de la vitamina A en el tomate, es excelente para el crecimiento.

La ciencia dice que la vitamina A no se pierde al cocer, aunque se debería preferir siempre el tomate crudo en el tiempo en que abunda.
Es importante su contenido de vitamina B y C. El tomate arrancado en estado verde contienen sólo una pequeña cantidad de vitamina C, en cambio el tomate que madura a la sombra contienen algo más de esta vitamina.

Todas las frutas y verduras pierden una parte de sus vitaminas en la cocción, calentamiento y almacenamiento. Sin embargo el tomate, con su especial abundancia de vitaminas, conserva durante estos procedimientos bastante de ellas. Sin embargo la vitamina C hace una excepción cuando se prepara el tomate en forma de pastas en las fábricas: la mayor parte de esta vitamina se pierde.
El tomate contiene la mayor abundancia de cobre y sirve a jóvenes y viejos para la formación de la sangre.
El tomate fresco y maduro es un eficaz remedio para todos los que poseen mucho ácido úrico. En reumatismo, gota, enfermedades del hígado y de los intestinos se consigue un buen resultado de curación por medio de los tomates por sus abundantes sales minerales. Las sustancias curativas del tomate tienen la capacidad de librar el cuerpo de las escorias del metabolismo.

Las variadas y abundantes vitaminas del tomate son excelentes materias de protección contra las enfermedades del estómago y también tienen una poderosa reacción sobre el buen funcionamiento de las glándulas, el hígado, los intestinos y el metabolismo, males a la vejiga y a los riñones, interrupciones de la vesícula y circulación, debilidad del estómago e intestino, almorranas, eczemas, erupciones de la piel y pus.
Cura con tomates
Debe tomarse jugo de tomates, por lo menos 3 a 5 vasos diariamente, y además comer durante el tiempo de las comidas muchos tomates crudos y yerbas silvestres.
Para poder aprovechar el tomate también en invierno, aconsejamos conservarlo envasado en botellas en estado líquido.

Ante cualquier duda consulte a su médico.

Extracto del libro "Salud y Curación por Yerbas", del naturista alemán Carlos Kozel, editado en enero de 1946 y publicado por Editorial de la Misión.

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