
A pesar de todo sigue el corso. La Maestra de Ceremonia arenga a sus seguidores intentando echar a los murguistas que ensayan nuevos pasos. Así y todo, las otras murgas no se animan a tomar la batuta y cambiar a la Maestra, quién ante las amenazas de cooptación acelera el compás, convirtiendo a los danzarines en perros falderos que no se animan ni a aullar.
Las expectativas por los nuevos cánticos e incorporaciones se transforman en taladros cerebrales, obnubilando no sólo a los murguistas sino también a todos los familiares y amigos. A raíz de ello se produce un impasse y muchos jefes hacen silencio de radio, retirándose por el foro.
Feliz carnaval 2010.
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