La absolución de los cinco jóvenes detenidos por poseer cigarrillos de marihuana es un burdo mensaje subliminal a la juventud argentina.
El mismo día del fallo se pudo observar en la vía pública a jóvenes fumando marihuana con ojos vidriosos, frente a funcionarios policiales y en actitud desafiante. La policía no los detuvo, demostrando su ignorancia sobre el fallo que sólo declaró inconstitucional la norma que castiga la tenencia para consumo de estupefacientes, siempre que se realice en privado y no implique riesgos para terceros.
Lamentablemente los jueces no tuvieron en cuanta que no estaban absolviendo solamente a cinco jóvenes, sino que estaban autorizando a todos los habitantes a fumar marihuana en privado, sumándose esto a la ya habitual absolución de personas que tienen plantas en su casa de esa peligrosa hierba, que provoca serias falencias orgánicas en quienes la fuman y complicaciones psicológicas alterando su conducta social a niveles indeseables.
El fallo en sí mismo no autoriza el consumo de otros estupefacientes, denominados drogas duras, pero indirectamente se presta a una mala interpretación: si está permitido fumar marihuana, también lo está el consumo de cualquier droga.
Lamentablemente el fallo tenía el respaldo anticipado, implícito y explícito, de algunos funcionarios como Aníbal Fernández, y por ende del gobierno nacional, quien tendrá que correr con los gastos de salud que inevitablemente se producirán con el aumento del consumo de esta y otras peligrosas hierbas.
Por lo tanto la sociedad toda debe entender la necesidad involucrarse de todas las formas posibles en este asunto, pues está en juego el futuro de nuestros hijos.
No soy autoritario, pero les aconsejo a los padres que con su conducta permisiva les envían sin quererlo mensajes libertinos a sus hijos, que actúen en este tema con severidad, pues no está en juego sólo la vida de ellos sino de toda la comunidad.
La pelota juega ahora en las canchas paternas. El gobierno y el máximo tribunal ahí la enviaron, sin ningún escrúpulo.
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