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21 marzo 2011

En el Bicentenario de la Patria

Nota publicada en mayo de 2010.
Los libaneses entregaban a sus hijos lo que suele llamarse la dote. Al emigrar, a mi madre se la entregaron en joyas de oro que, según nos contaron los familiares de mi padre, cubrían su antebrazo derecho en pulseras con forma de serpiente (esclavas).
Lamentablemente no le fue muy bien en la República Argentina y murió empobrecida aunque sin ninguna deuda,: no tuvo que entregar su única propiedad para pagar su médico ni su funeral, que gracias Dios pudieron pagar sus hijos.
En el Bicentenario de nuestra Patria, que ni los hijos de los inmigrantes ni los llamados herederos de la tierra (nativos) supimos hacer próspera y respetada, cabe pensar si no llegó la hora de defenderla debidamente.

Si bien es cierto que la tenencia da derechos, no es menos cierto que a quien no cuida lo suyo, alguien se lo arrebatará, pues la ocasión hace al ladrón y de ello los argentinos tenemos pruebas irrefutables, como es el caso de la piratería inglesa que en el siglo pasado. Con ayuda de estadounidenses y chilenos asentaron más fuerte su ocupación colonial de las Islas Malvinas, indiscutiblemente argentinas.
Con la mirada puesta en esos objetivos serían interesante cambiar las frases de Perón: “Para un peronista no hay nada mejor que otro peronista” por “Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino”, o la que también le pertenece: “Por cada uno de los nuestros caerán cinco de ellos” por “Cada uno de nosotros debe tratar de ayudar a cinco hermanos argentinos”, o imaginar otras y convertirlas en latiguillos para cambiar el maléfico enfrentamiento del poder ejecutivo con el resto de la sociedad y la oposición, logrando con nuestro esfuerzo la inclusión por sobre todas las cosas de los argentinos, quienes hoy ven sus tierras invadidas por la falta de aplicación de la ley N º 25871, firmada en el año 2003 y promulgada de hecho el 20 de enero de 2004.
Nuestra querida Patria, en donde nuestros padres vinieron a luchar por su bien y el de todos, debe ser debidamente respetada, y la bandera creada por uno de los más grandes ciudadanos que tuvimos, don Manuel Belgrano, debería flamear en todas las casa y no sólo en el cielo, como está ocurriendo en el Bicentenario.
Feliz año de la Patria, ARGENTINOS.

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