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09 septiembre 2008

Conexiones cuasi-mafiosas

El publicitado crimen de los tres empresarios ocupó la primera plana todos los diarios de Buenos Aires y sacó a la luz los corruptos manejos políticos del tráfico de drogas que existieron en el país por décadas.
Ni el contrabando de efedrina en la República Argentina, ni la circulación irregular de los dinerillos con que se financian las campañas políticas son nuevos. Todo comercio ilícito es posible merced a la connivencia del poder político y las fuentes de esos dineros non santos. Es pasmosa la poca atención que presta la ciudadanía a la financiación espuria de las campañas políticas por no poder, no querer o no saber.
Estas últimas palabras, utilizadas frecuentemente por el Presidente mandato cumplido Raúl Alfonsín, deberían estar enmarcadas y colgadas en el lugar de trabajo de cada funcionario que tenga responsabilidad en la importación de la ahora popular efedrina, y de cada uno de los encargados de recaudar y manejar el capital de campaña. Ellos no saben o no les interesa saber quién morirá a consecuencia de los favores que reciben los contribuyentes monetarios o de los importadores de la efedrina.
El crimen de los empresarios conecta directamente al gobierno argentino con la producción de drogas ilegítimas y los dineros blanqueados extraordinariamente. La conexión necesita ser esclarecida para que no queden las mismas dudas que existen sobre Eduardo Duhalde y Carlos Saúl Menem en el actual gobierno central.

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