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19 agosto 2008

Otra historia

En 1982 recién comenzada la apertura política, la sociedad argentina vivía la euforia de la visión de un futuro diferente.

La ciudadanía volvía a creer en los milagros, y peronistas y radicales iluminaban un porvenir mejor de la mano de sus candidatos.
Pero la realidad no fue la que se esperaba. Demostró que no era cierto que con la democracia se comía, se curaba y se educaba. A partir de allí el hombre común se encerró más en el individualismo y cada uno buscó su lugar dejando de lado ética, valores y principio: sustento ideal todos ellos de nuestro actual sistema de gobierno. Actitud que ayudó a corroer la ya escasa unidad social del momento.
El principal error fue creer que un hombre, grupo o partido político podría poner otra vez en marcha el aparato productivo que décadas anteriores destruyera Martínez de Hoz y los lacayos de países y capitales extranjeras sin considerar que a partir del traspaso de General Motors de la República Argentina a Brasil, esas naciones habían bajado el pulgar a nuestro país para convertirlo en territorio a disposición de las foráneas huestes hambrientas.
Con el traslado de la GM y la apertura del comercio exterior, se inició en nuestro país un lento y doloroso proceso de destrucción de la industria liviana y las mini-empresas familiares, pequeñas y medianas.
¿Cómo entender la pasiva actitud de un pueblo que igual que en su colonización se dejó engañar con espejitos de colores, hoy más difusos e inmateriales?
Sólo se puede entender considerando la escasa comprensión del ciudadano promedio sobre temas como la política internacional, la tecnología y el comercio mundial. Ni los gobiernos ni las organizaciones sociales y educacionales de los países en desarrollo toman debida cuenta de la incidencia de estos temas, y con mucho atinan a poner paliativos, como al famosa 125 en la Argentina, que estuvo a punto de desatar un grave conflicto civil.
Argentinos, a las cosas.
Y, Gobierno, Pueblo y Ciudadanos: menos egoísmo e individualismo, más Libertad e Igualdad.

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