El gran error de los Kirchner fue pretender parecer lo que no son, y además creérselo.
Los peronistas seguramente dirán que los Kirchner no son peronistas y la oposición, recordará a Jorge Luis Borges, olvidando que tanto peronistas o borgeanos pretenden y pretendieron gobernar disfrazados de algo que no son. Disfrazados de demócratas.
En las actuales circunstancias si en realidad tuvieran lo que creen tener, que es calidad de estadistas, en primer lugar deberían imponerle a toda la prensa y periodismo que vive a costilla nuestro una publicidad del Estado que en todos los medios afirme que, a pesar de serle negativa la próxima elección, terminarán su mandato.
Actualmente todo el mundo sabe que no sólo ellos sino sus acólitos tienen intención de abandonar su puesto ante un voto negativo, y también sabe que dejarle el gobierno a Julio Cobos sería decir: “Te lo dejamos, pero tené en cuenta que en este país ningún gobierno ‘no peronista’ concluyó su mandato. Vamos a crearte un caos peor que a los anteriores”.
Estas afirmaciones deberían hacer reflexionar a los Kirchner, a los cobistas y a toda la oposición, porque hechos de esta naturaleza pondrían al país de rodillas ante los sicarios y poderosos de tierras no muy lejanas, que son peores que los buitres: no esperan que el pueblo se muera para devorarlos. Les comerán los sesos en vida.
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