Espero que las personas que voy a mencionar ahora no me hagan ningún juicio, porque voy a tratar de poco menos de imbéciles a la mayoría de los presidentes de Latinoamérica y voy a tratar de idiotas a una muy buena parte de los ciudadanos argentinos.
En la mañana de hoy esto mismo le decía a mi mujer, y mi mujer me decía: "¿Por qué hablás así?" y sólo le pude contestar "Porque lo digo yo". Quién soy yo: un simple ciudadano. Un ciudadano que se ha podido educar con la cultura de la calle, con la cultura de la escuela pública y con la cultura de la escuela privada que pagó con su propio trabajo. Y yo me atrevo a decir que los presidente latinoamericanos son poco menos que imbéciles, y que una muy buena parte de los ciudadanos argentinos somos idiotas.
¿A quiénes me refiero puntualmente? En lo que hace a los ciudadanos argentinos, a los que salieron corriendo a comprando papelitos de colores. Los dólares, por los cuales ustedes están haciendo cola son papelitos de colores; para lo único que van a servir en un futuro es para hacer alguna transacción con los países que todavía lo tienen como valor, porque lamentablemente algunos productos, si no se tienen dólares, no van a poder ser adquiridos. Pero en realidad esos papeles valen menos que los francos alemanes de la época de la Segunda Guerra Mundial. Porque yo creo que hay muchos más de los que emitió Alemania en su oportunidad. Si los ponemos uno al lado de otro podrían dar la vuelta al mundo varias veces.
¿Por qué he calificado tan groseramente a los presidentes latinoamericanos? Porque no se están comportando como estadistas. Pues, inmediatamente al producirse la crisis por la caída del imperio americano, deberían haberse unido y tendrían que haber creado una moneda latinoamericana, aunque más no fuera para el intercambio de los productos que se comercializan dentro de las naciones que conforman este grupo de poder tan grande. ¿Para qué? Para no depender más del dólar. Para garantizarles a todos los ciudadanos de esta parte del hemisferio, para garantizarle a todos los latinoamericanos, que sus ahorros iban a ser respetados, por lo menos con una moneda latinoamericana. Si bien es cierto que algunos le tienen resquemor a Chávez, no hay que tenerle resquemor a ningún pueblo latinoamericano. Ni a Bolivia, mi a Venezuela ni a ninguno. Porque nos guste o no nos guste, estamos siendo invadidos por los ciudadanos de países limítrofes, y si tenemos tanta cantidad de ciudadanos, porqué no le vamos a dar un valor universal a una moneda que se puede llegar a crear entre todos esos países.
El ahorro latinoamericano debe empezar a tener valor, y los presidentes de Latinoamérica tienen que empezar a pensar que ésta es una parte del planeta que se debe unir. Ya lo han dicho muchos, no lo inventé yo. Pero es hora de que todos los presidentes dejen de usar mamelucos y se pongan trajes. Si es posible, que se pongan el frac de estadistas.
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